VOLUME 1, ISSUE I
Las diversas formas
de vivir la democracia
CARTA DEL EDITOR
Durante las últimas décadas hemos pensado que la democracia se reduce a la elección libre de los representantes y de las autoridades. Si bien, este ejercicio es esencial de los estados democráticos, reducir la práctica de la democracia a tan solo este acto, termina por ser una píldora adormecedora de la sociedad civil.
La democracia puede ser un estilo de vida de las comunidades, de las familias, de los individuos, de los sistemas sociales y que va más allá de elegir, sino que se convierte en voces y actos que se suman, transforman, y que abren nuevas directrices y que con arte nos abren el universo y muchos mundos. Quizá esto que comparto podría parecer utópico, pero cuando en REVARTE nos propusimos formar este número, con esperanza nos dimos cuenta de que muchas comunidades alrededor del mundo practican la democracia desde sus propias maneras, y que además su poder transformador se transfiere a esferas mayores.
Con lo anterior no deseamos echar campanas al vuelo e ignorar que el surgimiento de nuevos autoritarismos, y formas emergentes del fascismo – esas nuevas formas de totalitarismo nacionalista, como por ejemplo el movimiento Make America Great Again de Donald Trump– ponen en peligro, no solo a las democracias representativas, sino también a aquellas que la practican de manera comunitaria. A esto se le suma la amenaza silenciosa y camuflajeada de democracia como lo es el neoliberalismo. Nada más peligroso que este último, porque es precisamente el neoliberalismo que entierra las decisiones cotidianas y empodera a las grandes corporaciones como factores determinantes de las grandes decisiones del mundo. Así, son las corporaciones que explotan los recursos naturales, que comercializan hasta la existencia misma, es decir lo vital: el aire, el agua, la tierra, la educación, la salud, la vivienda, las comunicaciones, la naturaleza etc. La voz y los intereses de las corporaciones hoy en día tienen mayor peso en el diseño de legislaciones que las voces de los ciudadanos.
Y aun, en medio de este panorama en el que parece que no queda un espacio en este mundo que no esté asfixiado por una marca, hay comunidades que se rebelan, que resisten, que retan, que cuestionan, que suman, que crean y recrean caminos.
Este número recorre el continente, y presenta ejemplos y reflexiones que van desde lo local en el área de Filadelfia, hasta lo continental, y que suman las voces y experiencias en México, y Perú. Así nos enteramos de quienes se expresan y denuncian de manera valiente los abusos en el Perú y en América Latina (El Quijote Radio), la formación de las cooperativas hechas por inmigrantes (Leti Roa Nixon) en la ciudad de Filadelfia, las voluntades y pensamientos que por años buscan la transformación del sistema educativo a través de la investigación comunitaria y participativa (el Centro de Investigaciones Participativas de CCATE) y la relevancia de la visualización de datos para el diseño y acción de movimientos sociales (Erika Cortés), la reflexión y el contraste entre gobierno y comunidad así como el derecho a la información (Emma Hertz), la propuesta y la creación de una vivienda digna no solo para quien la habita sino para el mundo mismo (Aura Cruz).
La niñez reflexiona a través del artículo de Pam Margolis quien es maestra de la clase “Encuentra tu voz”, ella nos comparte de la experiencia en cómo las y los niños de CCATE crean espacios de diálogo y democráticos, y como llevan esa voz a la propuesta artística y narrativa a través de libros hechos de cartón.
La juventud también se expresa en este número, y reflexiona sobre la crisis de refugiados e inmigrantes, así como de un sistema disfuncional que por décadas no ha querido revisarse (Sara Sandoval Rico), la reflexión musical, artística, honesta, cruda y personal del joven inmigrante como ls hace el cantante de Rap Bvmf Andy y su equipo de producción, y la palabra sensible y profunda de quien como niña ha observado a sus padres trabajar y luchar como inmigrantes y que son impulso de sus sueños personales para ir a la universidad (Jovana), y el retrato hablado de Jenny Berrios que la clase de cine de CCATE y sus mentores David Villalvazo y Obed Arango presentan acerca de una talentosa artista visual emergente que compartió sus años universitarios con la comunidad de CCATE y que ahora vive en Dallas y trabaja para el museo de arte de la misma ciudad, y reflexiona sobre su identidad como mujer latina, salvadoreña y de familia inmigrante.
Finalmente, la palabra libre que se expresa a través del círculo de escritura que comparte los primeros capítulos de cuatro novelas cortas que en cada número levantarán su velo poco a poco (Rosalba, Lourdes, Aura, y Obed), tres poemas que nos llevan a la montaña y una reflexión existencial profunda del amor, y de la esencia de lo que nos hace uno con el universo:
“¿Sientes mi corazón latir?
¿Sientes lo mismo?” (Marilu Villanueva)
Y dos maravillosos cuentos que evocan la mitología maya y mexica en la pluma de la decana del periodismo latinoamericano de la región como lo es Leti Roa Nixon.
REVARTE en si es una manera de vivir y de practicar la democracia, un contra espacio de resistencia y de creatividad, para crear contra narrativas que recrean la democracia y el mundo.
Todo esto nos hace exclamar con esperanza: “¡Viva la comunidad!”
Letter from the editor.
During the last decades, we have thought that democracy is reduced to the free election of representatives and authorities. Although this exercise is essential for democratic states, reducing the practice of democracy to just this act ends up being a sleeping pill for civil society.
Democracy can be a lifestyle of communities, families, individuals, and social systems that goes beyond choosing, but rather becomes voices and actions that add up, transform, and open up new guidelines and, with art, open the universe and many worlds to us. Perhaps what I share might seem utopian, but when we at REVARTE set out to create this issue we realized, with hope, that many communities around the world practice democracy in their own ways, and that its transformational power is transferred to larger spheres.
That being said, we do not want to ignore that the rise of new authoritarianisms and emerging forms of fascism – these new forms of nationalist totalitarianism, such as Donald Trump’s Make America Great Again movement – endanger not only representative democracies, but also those who practice it in a communal way. Added to this is the silent and camouflaged threat of democracy of neoliberalism. Nothing is more dangerous than the latter, because it is precisely neoliberalism that buries everyday decisions and empowers large corporations as determining factors in the world’s great decisions. Thus, they are the corporations that exploit natural resources, that commercialize even existence itself, that is, what is vital: air, water, land, education, health, housing, communications, nature, etc. The voice and interests of corporations today have greater weight in the design of legislation than the voices of citizens.
And even in the midst of this panorama, in which it seems that there is no space left in this world that is not suffocated by a brand, there are communities that rebel, resist, challenge, question, add, create, and recreate roads.
This number covers the continent, and presents examples and reflections that span from the local Philadelphia area, to the continental, and that add the voices and experiences in Mexico and Peru. Likewise, we listened directly to the federal congresswoman from the fourth district of Pennsylvania, Madeline Dean, on the formation of cooperatives made by immigrants (Leti Roa Nixon), the dreams and thoughts that for years have sought the transformation of the educational system through research community and participatory (CCATE’s Center for Participatory Research), the relevance of data visualization for the design and action of social movements (Erika Cortés), reflection and contrast between government and community as well as the right to information (Emma Hertz), the proposal and creation of decent housing not only for those who inhabit it but for the world itself (Aura Cruz), and the courageous voice of those who express themselves and denounce the abuses in Peru and Latin America (El Quixote Radio).
Children reflect through the article by Pam Margolis, who is a teacher of the “Finding your voice” class at CCATE. She shares her experience with how the children of CCATE create spaces for dialogue and democracy, and how they bring that voice to the public through artistic and narrative proposal.
Youth is also expressed in this number, and reflects on the refugee and immigrant crisis, as well as a dysfunctional system that for decades has not wanted to be revised (Sara Sandoval Rico), the musical, artistic, honest, raw and personal reflection of the young immigrant as the rap singer Bvmf Andy and his production team do, and the sensitive and profound words of those who, as a child, have observed their parents work and struggle as immigrants and who are the impulse of their personal dreams to go to university (Jovana Peregrina), and Jenny Berrios’ spoken portrait presented by the CCATE Film Class and their mentors David Villalvazo and Obed Arango about a talented emerging visual artist who shared her college years with the CCATE community and now lives in Dallas and works for the art museum of the same city, and reflects on her identity as a Latina, Salvadoran woman, and from an immigrant family.
Finally, the free word that is expressed through the writing circle that shares the first chapters of four short novels that will gradually lift their veil in each issue (Rosalba, Lourdes, Aura, and Obed), three poems that lead us to the mountain and a deep existential reflection on love, and the essence of what makes us one with the universe:
“Do you feel my heart beat?
Do you feel the same?” (Marilu Villanueva)
And two wonderful stories that evoke Mayan and Mexica mythology from the pen of the dean of Latin American journalism in the region, Leti Roa Nixon.
REVARTE itself is a way of living and practicing democracy, a counter space for resistance and creativity, to create counter narratives that recreate democracy and the world.
All of this makes us exclaim with hope: “Long live the community!”