Por Lis Pérez Quispe
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Yo tenía 5 años de edad, sentía miedo por los comentarios de lo que pasaba en mi país. Hoy tengo 49 años y desde el proyecto Quijote para la Vida hemos recogido testimonios de mujeres que migraron por ser víctimas del periodo de Violencia interna en Perú durante 1980 al 2000.
Brígida Cárdenas escribe cómo su vida se transforma a raíz de este hecho político social.
– La guerra interna, el terrorismo, desde el año 1980 a los 90, para mi familia fue muy difícil.
Los enfrentamientos entre militares y terroristas que murieron fueron muchísimos, sin embargo los que estuvimos en el centro fuimos nosotros, los comuneros.
Vimos cómo se escribía con sangre, frases como “Así mueren los soplones”. escuchábamos a los terroristas que nos decían: – “Nosotros andamos a favor de los pobres” y nos obligaban ir a sus reuniones cuando ellos las convocaban. Si no ibas a sus reuniones, nos mataban.
Llegamos a tener miedo hasta de dormir en nuestra propia casa, porque ellos entraban a buscarnos, teníamos que ir a dormir al monte sin usar ni linternas, ni mecheros para que no nos vean y así podíamos sobrevivir con nuestra familia.
También los padres teníamos que cuidar a los hijos varones porque los terroristas se los llevaban para su fila. Si los padres no querían que lleven a sus hijos, los terroristas los mataban.
También venían a tu casa para hablarte de la igualdad.
Por otro lado, los policías, con la cara tapada para no reconocerlos, abusaban de mujeres, las violaban, de los campesinos pidiéndoles sus mejores carneros para que se los coman.
Pero los comuneros no nos quedamos atrás, empezamos a formar rondas campesinas para luchar contra los terroristas que andaban con escopetas, machetes y retrocargas.
Vivimos con mucho miedo. La única salida fue salir del pueblo, así llegamos a la ciudad para ser una familia más, romper el cerro para hacer la casita que nos abrigue y nos saque del terror.
Texto tomado del Libro Cartonero Escapando del Terrorismo – 2023
Así como ella muchas familias dejaron sus tierras, dejaron parte de su vida para llegar a Lima, la ciudad de todas las sangres.
English Version:
ESCAPE TO LIVE
I was 5 years old, afraid of the comments surrounding what was happening in my country. Today, I am 49 years old, and from the “Quijote para la Vida” project, we have collected testimonies from women who migrated due to them being victims of Peru’s internal violence from 1980 to 2000.
Brígida Cárdenas writes how her life is transformed as a result of this political and social event.
– The internal war and terrorism from 1980 to the 90s was very difficult for my family.
The confrontations between soldiers and terrorists who died were many; however, the ones who were in the center were us, the community members.
We saw phrases like “This is how snitches die” written in blood. We listened to the terrorists tell us “We are in favor of the poor” and force us to go to their meetings when they called them. If you didn’t go to their meetings, you were killed
We were even afraid to sleep in our own house because they would come looking for us; we had to go sleep in the mountains without using flashlights or lighters so that they wouldn’t see us and our family could survive.
Parents also had to take care of their sons because the terrorists would take them into their ranks. If the parents did not want their children to be taken, the terrorists killed them.
They also came to your house to talk to you about equality.
On the other hand, the police, with their faces covered so as to not be recognized, abused women, raped them, and asked peasants to give up their best sheep for them to eat.
But we community members did not stay behind. We began to form peasant patrols to fight against the terrorists who were carrying shotguns, machetes, and breech loaders.
We lived in great fear. The only way out was to leave town, so we moved to the city to be yet another family, breaking the hill to build the little house that would shelter us and take us out of terror.
Text taken from the Libro Cartonero Escapando del Terrorismo – 2023
Just like her, many families left their lands, also leaving part of their lives to reach Lima, the city of all blood.
Lis Vania Pérez
Peruvian public school teacher, specialist in Reading and Writing Programs for school-age children. Founder and Manager of the Quijote Project in the AAHH Santa Rosa district of Puente Piedra, Lima Peru.
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